La vida será creativa o no será
Hace mucho que no hago labores y me da mucha pena. El caso es que el otro día paseando por las fiestas del barrio de Gracia entré en una librería solidaria llamada Aida Books and More y en ella había un libro genial por 3€ de título «50 proyectos DIY para todo el año» y es una «recopilación de diseños de las mejores tiendas craft». Básicamente es como una versión en papel de lo que hago en este blog, buscar patrones bonitos de punto y ganchillo por la red y juntarlos en un solo lugar.
No sé la razón pero es pisar Madrid y querer coger las agujas. Será porque me siento en casa, porque hace más frío que en Barna, porque mis padres ponen la calefacción y con la manta, la luz del flexo y en mi habitación de siempre, se crea un momento mágico que me inspira… no lo sé, solo tengo ganas de tejer.
La gran pregunta es ¿qué tejer? Tengo una lista de deseos que me ronda la cabeza, 10 prendas que me gustaría hacer y su contexto. Let’s go:
Acabo de terminar la cuarta temporada de Good Girls en Netflix y he decir que me apasiona esta serie de amas de casa metidas a mafiosas de primera con errores de tercera, un malo malísimo que está muy bueno y toneladas de dinero de mentira cuyo papel se tiñe con ¿pintauñas?
La protagonista es la actriz Christina Hendricks a la que ya adoraba en otra gran serie, Mad Men. Sin embargo, al contrario que aquel personaje de los años 50, secretaría siempre al servicio de hombres poderosos; en Good Girls, Beth es una madre de 4 hijos con ganas de adrenalina que termina convirtiéndose en la jefa del crimen de su ciudad y de los machirulos que intentan hundirla constantemente.
¿Cómo lo hace? Con su mejor amiga Ruby, su hermana Annie y haciendo uso de todas sus habilidades de madre de familia numerosa. Es la mejor organizando planes, gestionando dinero, improvisando soluciones, contando historias y guardando las apariencias.
Un ejemplo de superpoder aparentemente inofensivo que Beth utiliza para hacer «el mal» es tejer.
Muchas son las series que me han acompañado a lo largo de mi vida. Con especial cariño recuerdo Juego de Tronos, Peaky Blinders o Friends. Desde que tengo Netflix no he podido pasar ni un día sin ver un capítulo de algo y cuando viajo en tren, gracias a mi móvil y a alguna serie se me pasan las horas volando.
Pero si hay algo que me llame especialmente son las series de mi infancia, esas que veía a las 11 de la mañana los fines de semana o en las vacaciones de verano en la tele de mi cuarto. Me despertaba y encendía la tele con cuidado para no despertar a mis hermanos, cautivamente. Era un ratito para mí en el que hacía zaping con libertad y sin presión. Iba construyendo mis gustos y mi conocimiento del mundo a través de Los Rompecorazones y su estética urbana australiana. Veía series de dibujos como Pepper Ann o La Banda del Patio y también series muy locas como Weird Science.
Creo que he visto todas las series buenas, malas y regulares de los 90 y hay una que recientemente me ha hecho ilusión encontrármela entera en Netflix con su reencuentro muchos años después incluído. Se trata de Las chicas Gilmore. Me encantaba la relación de amigas que tenían madre e hija, las toneladas de comida que se metían entre pecho y espalda, lo bonito que era el pueblo con cantautor y todo y los chicos tan guapos con los que se enrollaba Rory.
Llevo todo abril y mayo viendo las 7 temporadas de la serie original.
Tejer es mi pasión pero también escuchar música. Compagino y/o alterno estas dos cosas para no aburrirme, junto con ver series, y me flipa descubrir nueva música, especialmente si es de grupos desconocidos. Como tejer es una actividad normalmente de mujeres, hoy he revisado mis playlist favoritas en busca de grupos de música plagados de increíbles féminas que hacen grandes temazos con los que no parar de bailar mientras le doy al punto derecho y al punto revés con más alegría.
Patrones para tejer es esencialmente un blog. Nació como blog, morirá como blog y aunque ya no se lleven los blogs, a mí me sigue encantando tener uno y como solo depende de mí, pues larga vida al blog, jajaja. Sin embargo, para conseguir llegar a más gente o simplemente llegar a la misma pero avisar de que hay post nuevo, patrones tiene Facebook, Twitter e Instagram (tiene un canal de Youtube pero es tan simbólico que no sé si merece la pena mencionarlo).
Me encanta tejer y comprar lanas pero lo hago así al tuntún, probando, dejándome llevar. Casi siempre voy a la mercería con una pequeña idea del que será mi próximo proyecto, toco todos los ovillos y por el tacto, el color, la composición y el grosor me decido.
Me gusta que la lana tenga poca mezcla sintética, los colores pastel y que la hebra no se deshilache… en cuanto al grosor… prefiero las fibras con cuerpo pero… no sé mucho más sobre este tema y es una pena porque en el mercado existe una amplísima gama de lanas para todos los gustos y millones de recomendaciones en función de la prenda que quieras tejer ¡y yo sin enterarme!
Casi siempre he tejido con lanas y trapillos de Katia, Rosas Craft y Rowan porque eran las marcas que tenía más disponibles en las mercerías y grandes superficies que frecuentaba. Ahora en tiempos de pandemia que las tiendas abren cuando pueden y que salgo menos, he estado buscando tiendas online donde comprar lanas de calidad y a buen precio.
Hace mucho me apuntaba a un montón de cursos presenciales cortitos, de un fin de semana, para aprender nuevas técnicas DIY y sobre algunos de ellos incluso escribí crónicas en el blog:
Cursos de bordado con Guillermina Baiguera
Aprendiendo a coser tote bags reversibles en casa peSeta
Cosiendo mochilas vintage con Rossana de El Olivar
Sin embargo, con esta nueva normalidad tan extraña ya no se organizan tantos talleres de este estilo, así que tenemos que recurrir a las nuevas tecnologías y aprender online.
Hace un tiempo escribí una entrada sobre cursos de punto, ganchillo y bordado, algunos gratis y otros de pago:
Cursos de punto, ganchillo y bordado online que no deberías perderte
Y hoy me gustaría volver a hacer una búsqueda de artesanas, plataformas y cursos interesantes que pondría en mi lista de deseos. ¿Me acompañas?
El título de esta entrada recuerda un poco a «Animales fantásticos y cómo encontrarlos» con la salvedad que un piso de entre 18 y 40 metros no es nada fantástico y es de lo que más abunda en las páginas de alquileres cuando tu presupuesto es ajustado.
Pero como el DIY todo lo puede, he pensado que quizá haciendo un poco de magia tejeril, un zulo de 550€ al mes, interior, semisótano, sin calefacción pueda convertirse un poquito más en hogar con algunos trucos minimalistas y algo de imaginación handmade.
Además, algunos trucos están sacados de un vídeo del canal Minimalistamente que me gustó mucho y que habla del método del libro «Cozy minimalist home» para decorar. ¡Allá vamos!
PATRONES PARA TEJER 