Esta última navidad pasé bastante tiempo en casa de mis padres y, como siempre que voy, tuve tiempo de tranquilizarme y leer, de parar un poco y hacer actividades disfrutonas, huyendo de la productividad. Por casa estaba el libro de 50 palos que Pau Donés escribió estando ya enfermo de cáncer. En él reflexiona sobre su vida relatando capítulo a capítulo lo que ha ido aprendiendo en su camino particular.
Ayer era viernes y al terminar de trabajar tenía dolor de cabeza y estaba cansada, frustrada, triste y apagada después de una semana de horror total. En lugar de salir y tener vida, como llovía, me quedé tumbada en la cama y cogí el móvil para enajenarme un rato. Estuve leyendo sobre algo que ya no recuerdo y de ahí llegué al link de un documental y de ahí a la web de RTVE a la zona de películas, series y documentales, busqué el que me había llevado a ese link pero no estaba y al final acabé revisando el catálogo a ver que había por curiosidad. Me topé con la película Chavalas, totalmente gratis que me sonaba de haber visto el tráiler en algún lado (vaya memoria de mierda). Algunas caras de su cartel me sonaban, la chica rubia catalana, la otra que hace de médico en Chinas, de la prota me gustaba su pelo y su estilo de vestir y luego ya chonis de barrio. Ok, me parecía bien y le dí al play.
Hacía mucho que no visitaba un mercado de productos handmade y el año pasado en Navidad el Mercado de Motores de Madrid en el Museo del Ferrocarril en metro Delicias me gustó mucho, así que cuando me enteré de que lo hacían este fin de semana (13 y 14 de enero) me hizo mucha ilusión volver a visitarlo.
Hola, después de mucho tiempo. Sí, soy yo, una tejedora que hace mil años que no tocas unas agujas. ¿Por qué? Creo que la tendencia DIY ha caído en picado después de 2018. De ahí hacia delante solo las mejores, las más amantes del punto, el ganchillo y demás manualidades se han mantenido activas. Todas las demás, las que usábamos el hazlo tú misma como vía de escape, como forma creativa de pasar el tiempo, hemos fracasado estrepitosamente.
Cada año me voy a Madrid por Navidad un mes entero y es cuando más tejo. Me voy a casa de mis padres y allí el tiempo se detiene, todo se calma y me vuelve la inspiración para tejer. Me da pena no hacerlo más el resto del año, que las prisas y los quehaceres me pasen por encima como una apisonadora y no le preste atención a hacer actividades para mí, que fomenten mi creatividad y me relajen. Amo hacer punto y este año, después de que lo haya pensado mucho, creo que podría ser un buen momento para animarme a hacer x proyectos. Empecemos con 6 ideas (y un bonus track) que me gustan y luego la realidad de la vida dirán cuántos acabaré haciendo. De momento allá va la lista:
Este es el tercer año que escribo mis propósitos ¡qué fuerte! Al menos es uno de los hábitos que puedo decir que he adquirido, lo de cumplirlos ya es otro tema. Si en 2021 quería programar mejor y obligarme a salir a la calle tras la pandemia, en 2022 quise vivir sola. Ahora lo leo y veo que lo he logrado y flipo. Por eso creo que sigo haciendo listas de cosas que me motivan, para no olvidarme con la vorágine del día a día y poner foco en lo importante.
Hace mucho que no hago labores y me da mucha pena. El caso es que el otro día paseando por las fiestas del barrio de Gracia entré en una librería solidaria llamada Aida Books and More y en ella había un libro genial por 3€ de título «50 proyectos DIY para todo el año» y es una «recopilación de diseños de las mejores tiendas craft». Básicamente es como una versión en papel de lo que hago en este blog, buscar patrones bonitos de punto y ganchillo por la red y juntarlos en un solo lugar.
Mis listas de propósitos para el próximo año nunca son un triunfo, más bien me sirven para reflexionar aunque no llegue a cumplir mis objetivos al 100% pero es un buen ejercicio de introspección y me parece interesante plantearme retos para los siguientes 12 meses. Al lío.
Mi madre me ha pedido que teja un cojín de crochet. Hace tiempo hice uno con trapillo y dos agujas que ahora decora una cama en la casa del pueblo. No tengo más restos de trapillo pero mi madre quiere otro para decorar otra cama, ahora a ganchillo y con restos de lanas de diferentes colores que han salido por aquí y por allá.
Hace mucho que no hago ganchillo pero recuerdo que hace mucho tiempo, cuando iba a las reuniones de «El club de handmade» me enseñaron a hace granny squares, o lo que es lo mismo, cuadrados de ganchillo super coloridos y sencillos que quedan de lo más vistoso y que se usan para hacer mantas o grandes proyectos pero dividiendo las partes en trocitos y después cosiéndolos entre ellos.
He pensado en antes de coger el ganchillo y tirarme a la piscina, hacer una búsqueda de inspiración por internet y también de tutoriales y patrones gratuitos. Esta labor tiene como gran objetivo reutilizar, reciclar, decorar y disfrutar, también ahorrar, así que intentaremos gastar lo menos posible en recursos y lo máximo en originalidad.
No sé la razón pero es pisar Madrid y querer coger las agujas. Será porque me siento en casa, porque hace más frío que en Barna, porque mis padres ponen la calefacción y con la manta, la luz del flexo y en mi habitación de siempre, se crea un momento mágico que me inspira… no lo sé, solo tengo ganas de tejer.
La gran pregunta es ¿qué tejer? Tengo una lista de deseos que me ronda la cabeza, 10 prendas que me gustaría hacer y su contexto. Let’s go:
PATRONES PARA TEJER 